Pese a la prohibición de las autoridades norteamericanas, un residente de Booneville, en Arkansas, que recibió uno de los misteriosos paquetes con semillas procedentes de China, plantó su contenido y se sorprendió con el resultado obtenido, reporta la prensa local.
Doyle Crenshawn relató que había sembrado las semillas “solo para ver qué pasaba”. Abonaba cada dos semanas la parcela donde realizó la siembra, y tras germinar las plantas empezaron a crecer rápidamente.
Finalmente florecieron y dieron frutos similares al calabacín.
Las autoridades norteamericanas temían que las semillas se trataran de una maleza invasora o que contengan algún tipo de plaga que afectara la ecología local.